08/06
Lluvia, nuestro primer día con lluvia, después de 11 días desde nuestra llegada. Hemos tenido mucha suerte con el tiempo. Queríamos ver el volcán que inspiró a Julio Verne en su libro «Viaje al centro de la Tierra», el volcán «Snaefellsjökur«, pero había niebla y xirimiri.
De todas formas fuimos a Olafsvic al centro de información y nos informaron de algunas rutas de senderismo para poder verlo pero sin llegar cerca pues tenía mucha nieve. Nos compramos el mapa con las rutas. Nos animamos y aunque el tiempo no acompañaba andariamos un poco. Hasta ahora así lo vamos haciendo. Se disfruta más y mejor del paisaje.
Tuvimos suerte pues dejó de lloviznar pero la niebla seguía encima y no se veía el volcán. No tuvimos suerte, sin embargo, con el mapa de las rutas ya que no acertamos con el camino.
En un momento se despejó un poco y apareció la cima del «Snaefellsjökur». ¡Qué alegría! Sacamos los bocatas y nos protegimos del viento frío mientras divisábamos el volcán que según soplaba el viento se dejaba ver un poco. Estábamos muy contentos pues de alguna manera habíamos conseguido nuestro objetivo de ver el volcán y también de hacer un poco de ejercicio.
Volvimos al pueblo y nos premiamos con un café y un chocolatito con postre especial islandés. Nos vino genial para entrar en calor después del frío que habíamos pasado arriba en la montaña.
Antes de llegar a Hellisandur y a Rif pudimos ver el volcán por otro costado. Afortunadamente no había niebla en ese momento. Más adelante en el camino había un observatorio de aves. Estaban todas muy revolucionadas.
Tiramos camino para empezar el sur de Islandia en los siguientes días. En nuestro camino por el sur de la península de Snaefellsnes visitamos Hólastigur donde hay posibilidad de hacer un bonito trekking.
Se nos hacía muy interesante ver la lava cubierta de una especie de musgo verde. Soy canaria y estoy acostumbrada a ver lava pero sin este recubrimiento.
Más adelante visitamos Lóndragar. Hay un centro de visitantes un faro y se divisan las enormes estructuras de lava.
Inesperadamente vimos varios coches en un parking y paramos para ver que había. Era como un nevero entre dos altas rocas donde también había muchas aves revoloteando.
Se llama el cañón de Raudfeldar. En este panel pudimos leer la historia de este lugar.
LLegamos hacia la 9 p.m. al camping. Este camping es propiedad o parte del Hotel Eldborg. Aunque un poco viejo es muy espacioso con muy buenos servicios. Nos duchamos y después de escribir el diario estudiamos la ruta y el plan para el siguiente día. Dependiendo del tiempo iríamos hacia Reykjavik o hacia las cascadas de Hraunfossar.